Recordatorio #50

Escrito: 30 de diciembre de 2021

“Aquí estoy a los 47 años y estoy aprendiendo a abrazar la esencia de lo que soy. No como mamá, esposa, amiga, etc., sino quién soy, cómo me hiciste (Dios) y cuál es mi parte en este mundo. Aunque he llegado a un mejor entendimiento, hay tanto que aun no entiendo; se que si entendiera cada detalle, no tendría motivos para confiar en ti. Rezo para mantener mi  corazón como el de un niño puro, recordando que tu, mi Padre, puede hacer cualquier cosa. Pido poder reírme de los días venideros y tener tu palabra cerca de mi corazón. Gracias por recordarme que cualquier lucha que enfrente es temporal. Por favor, perdóname los momentos de duda e incredulidad. Te amo Señor, en el nombre de Jesús. Amén.” Escrito el 29 de abril de 2019.

Lo logre. Escribí ¡50 Recordatorios! El primero lo publique Marzo 11, 2023.

50 cosas que he aprendido, trabajado, crecido, entregado para seguir aprendiendo, trabajando, creciendo. 50 pensamientos, lecciones e ideas para ser guardadas como recuerdos como una manera de no olvidar que Dios está obrando en mí. 

Escribir extractos de oraciones que escribí hace casi 3 años me conmueve el corazón. No esperaba que la última oración que sacaría del cesto para completar este proyecto, sería una oración que escribí en mi 47 cumpleaños. Me encanta cómo Dios hizo eso, ya que es lo que más necesito recordar a medida que crezco.

Recuerdo haber aprendido lo que significa entender la esencia de lo que soy. La naturaleza intrínseca, la cualidad indispensable de quien soy. No fue fácil. Honestamente, no me gustaba mi esencia, porque no me gustaba a mí misma. No me gusta ser única, es una batalla. Mi naturaleza terrenal quiere encajar, mezclarme, no sobresalir, ser como todos los demás.

Tomar tiempo para cuidar  la niña dentro de mí, expuso mi profunda herida que influyó en cómo me sentía sobre mí. No me sentía suficientemente merecedora, de amor y respeto.

No me gustaba pertenecer a mi familia de origen. Por la reputación de mi papi me sentía avergonzada. Dentro de mí había una gran y furia por vivir un pasado tan doloroso. 

No ha sido fácil, pero he crecido entendiendo que soy de Dios. Soy su hija, su creación. Él me ha ayudado a aceptar mi esencia y singularidad a lo largo de los años.

No sé por qué me creó de la manera que lo hizo: con mi debilidades y fortalezas específicas,el color de mi piel, la textura de mi cabello, la forma de mi cuerpo, el sonido de mi manera de reír. A veces le pregunto, " Dios ¿Por qué me creaste así?” Pero antes de seguir rumiando, recuerdo el pasaje en Romanos 9:20, “¿Quién eres tú para pedirle cuentas a Dios? «¿Acaso le dirá la olla de barro al que la modeló: “¿Por qué me hiciste así?' 

Dios me creó, yo le pertenezco. ¡Él es mi Maestro!

A medida que me acerco a vivir durante medio siglo, la lucha por recordar a quién pertenezco continuará. A veces buscaré un sentido de pertenencia más que estar agradecida por el privilegio de ser hija de Dios.  Oro por el valor de seguir luchando; después de todo, Dios lucha por mí y yo puedo hacer lo mismo imitando a Jesús. 

Soy todo lo que necesito ser. Yo soy suficiente. Incluso mis errores tienen un propósito. Pertenezco a mi Creador.

“¡Ay del que contiende con su Hacedor! ¡Ay del que no es más que un tiesto entre los tiestos de la tierra! ¿Acaso el barro le reclama al alfarero: «¡Fíjate en lo que haces! ¡Tu vasija no tiene agarraderas!»? ¡Ay del que le reprocha a su padre: «¡Mira lo que has engendrado!» ¡Ay del que le reclama a su madre: «¡Mira lo que has dado a luz!» Así dice el Señor,  el Santo de Israel, su artífice: «¿Van acaso a pedirme cuentas del futuro de mis hijos, o a darme órdenes sobre la obra de mis manos? Yo hice la tierra, y sobre ella formé a la humanidad. Mis propias manos extendieron los cielos, y di órdenes a sus constelaciones.” Isaías 45:9-12.

Escrito Marzo 8, 2023

H sido especial revisar todo lo que escribí. Hoy cumplo 51 años de vida. Se que Es un privilegio que no quiero dar por alto.

Ayer, compartí con una amiga sobre una oportunidad en mi vida la cual creía haber perdido, por haberme dejado dominar por mi inseguridad y Dios me ha abierto las puertas a esas oportunidades.  Su respuesta me conmovió: “Dios no cerró esa puerta, sólo que necesitabas hornear un poco más." Mi corazón se llenó de muchas emociones. Al reflexionar en sus palabras la mañana siguiente, mis lágrimas brotaron de mis ojos . Sí, necesitaba hornear un poco más.

Cada año hay algo nuevo que Dios hace en mi vida, como el barro en las manos del alfarero, él sabe exactamente cuándo estoy lista. Cuando entré en mis 50 años, reconocí que estaba luchando con Dios, y decidí parar. Es bastante desalentador encontrarse como "fragmentos en el suelo".. Pelear contra mi Creador es agotador. Peleaba porque no entendía. Me, es más que claro que hay cosas que simplemente no entenderé. No hay problema, Él entiende. Él revelará lo que crea que necesito entender para su propósito.

“De un solo hombre hizo todas las naciones para que habitaran toda la tierra; y determinó los períodos de su historia y las fronteras de sus territorios. 27 Esto lo hizo Dios para que todos lo busquen y, aunque sea a tientas, lo encuentren. En verdad, él no está lejos de ninguno de nosotros..” Hechos 17:26-28.

Gracias por leer! A Dios sea la gloria y honra!

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