¿Qué es lo que hago? Esta pregunta produce una sensación de querer hacer una pausa. Me llena de emociones. A veces mi respuesta es confusa porque estoy tratando de decir que lo que soy y lo que hago es lo mismo. Quién soy y lo que hago están constantemente en conflicto. Soy única. Vivir parte de mi singularidad trae gloria a Dios. Confundir lo que hago con quien soy en Cristo impedirá que otros vean a Dios.

“For I do not do the good I want to do, but the evil I do not want to do—this I keep on doing. Now if I do what I do not want to do, it is no longer I who do it, but it is sin living in me that does it. So I find this law at work: Although I want to do good, evil is right there with me.” Romans 7:19-21

Puedo abrazar mi singularidad. Y mientras lo hago, Dios me guía a hacer lo correcto, a pesar de cómo me sienta. Porque el día que dije "Jesús es el Señor y Salvador" es el día en que decidí, ser apartada y devolverme a Dios.

Hago muchas cosas, pero lo único que transformó mi vida es aceptando mi identidad en Cristo. ¡Aceptar lo que él hizo por mí! 

“Por cierto, hoy, Dios, elegí abrazar mi singularidad y compartirla para construir a otros para tu gloria”. Escrito el 21 de abril de 2019.

 ¡A Dios sea la gloria!

“En realidad, también yo he muerto en la cruz, junto con Jesucristo. Y ya no soy yo el que vive, sino que es Jesucristo el que vive en mí. Y ahora vivo gracias a mi confianza en el Hijo de Dios, porque él me amó y quiso morir para salvarme.” Gálatas 2:20 TLA