"Ok, creo que lo intentaré".

Mi esposo a menudo hacía mandados conmigo y, a veces, yo me detenía para limpiarme las cejas con cera o hilo. Verás, durante uno de nuestros viajes a mi país natal, vimos la televisión y se dio cuenta de lo perfectas que se veían las cejas de los hombres. Compartí con él cómo mientras crecía, era normal ver a los hombres arreglarse las cejas.

Entonces, un día, cuando estaba a punto de hacerme el mío, le pedí que viniera y lo probara él mismo en lugar de esperar en el automóvil. Estaba MUY dudoso, pero finalmente se rindió para intentarlo al menos una vez y dijo: "Ok, creo que lo intentaré". Cuando terminó... wow… Se veía tan bien. Dijo que era como hacerse un nuevo corte de pelo. Honestamente, me había acostumbrado a sus cejas como estaban, pensé que estaban bien. Pero cuando lo hizo y lo vi, me sentí como una adolescente viendo a su enamorado de la escuela secundaria. A lo largo de los años, no ha sido algo que haga siempre, pero en ocasiones especiales, se delinea las cejas como yo me arreglo las mías; y al igual que la primera vez, pienso en mi mente y, a veces, en voz alta: "¡Guau, que bien se ve!"

A veces queremos vernos bien, sentirnos bien y ser felices. El hecho es que en mi vida estaba tan acostumbrada a la misma mentalidad poco saludable, victimizada y autocrítica que no podía ver nada diferente. Al observar a las personas a mi alrededor, me refiero a aquellos que viven estilos de vida saludables o se esforzaban por liberarse de las que cosas que controlaban sus vidas y le prevenían avanzar, lograr lo que yo deseaba para mi vida personal. Al igual que mi esposo, dije, Ok, creo que intentaré lo que parece ayudarlos. El resultado ha producido en mí un agradecimiento a Dios por limpiarme para estar radiante.

A veces necesitamos un poco de aliento y validación para dar un paso cuando dudamos en seguir adelante. Sé que yo lo necesito.

Si quieres algo diferente, tal vez comenzar con "Ok, creo que lo intentaré" podría ser la clave para dar un paso en la dirección correcta.