Olivia Hudson Life Coaching LLC

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Recordatorio #19.

"Soy orgullosa, no soy humilde, y soy basura. Dios, ayúdame a aceptar que me amas como soy. Siento que no puedes amarme cuando me equivoco. Tengo tanta esperanza para las personas y ninguna para mí... Creo que nunca aprenderé lo que significa entregar todo mi corazón a las personas. Quiero aprender lo que pueda para mejorar las cosas para tu gloria... Hoy Dios mío, quiero entregar toda mi vida para ti, por favor acéptala. Con amor, Olivia" Escrito el 30 de marzo de 1997.

Me encanta lo crudo que oré. Lo único que cambiaría es cuando digo que soy basura. Yo no soy basura. Creer eso sería contradictorio a lo que dice el Salmo 139: “…soy una creación admirable…”

El día que escribí los extractos de arriba, tenía diez meses como discípula. Mi cumpleaños espiritual es el 26 de mayo de 1996. Estaba empezando a aprender lo que significa ser amada por Dios. Sé que no salimos de las aguas del bautismo con la perfección, salimos perdonados. Esa comprensión no me impidió ponerme altas expectativas. 

He aprendido a amar a los demás de todo corazón en mis veinticinco años de caminar con Dios. Finalmente entiendo que solo puedo hacerlo porque confío en que Dios me ama y quiere que aprenda a amarme a mi misma. Dios continúa llevándome en un viaje de amarme a mí mismo de la manera en que me creó. En el proceso, me enseña a amar a los demás como él lo hace. 

“Tú creaste mis entrañas; me formaste en el vientre de mi madre! ¡Te alabo porque soy una creación admirable!  ¡Tus obras son maravillosas,  y esto lo sé muy bien!” Salmo 139:13-14 NVI

“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente”—le respondió Jesús—. Este es el primero y el más importante de los mandamientos. El segundo se parece a este: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas.” Mateo 22:37-40 NVI

Saber que Dios envió a su hijo para salvarme fue la base de muchos de los cambios que he hecho en mi vida. A medida que aprendo a ser más agradecida por la salvación espiritual que disfruto, hace que mi capacidad de ser más compasiva conmigo mismo crezca. Eso resulta en ser más rápida para extender esa compasión a los demás. También estoy más dispuesta a arriesgar mi corazón, sabiendo que puede ser roto. 

Me ayuda recordar que a menudo rompo el corazón de Dios, y él no me ama a medias. Su amor por mí no cambia debido a mis acciones. 

Orar genuina y auténticamente no es bonito a veces, pero es liberador. Me libera orar asi porque me lleva a poner toda mi confianza en Dios. Dios escuchó mi oración sin editar en 1997 y ha hecho posible lo que pensaba que era imposible. 

Continuaré trabajando en amarme a mí misma y a las personas con todo mi corazón. 

“Lo que es imposible para los hombres es posible para Dios —aclaró Jesús.” Lucas 18:27 NVI