Recordatorio #22

Escrito en Octubre de 2021.

Estamos poniendo nuevas ventanas en la casa. Antes de acostarme me preparé para un día completo y planifiqué lo que tenía que hacer antes de que llegaran los trabajadores para darles la bienvenida y ayudarlos con lo que necesitaran de mí para hacer su trabajo. Algunas de las cosas que tenía que hacer incluían preparar al perro para la guardería para que mi esposo pudiera dejarlo en su camino antes de irse al aeropuerto para su viaje, tiempo con Dios sin interrupción, hacer ejercicio, preparar un espacio para las sesiones con mis clientes porque el ruido iba a interferir con la area donde usualmente hago mis sessions, mover los muebles a seis pies de distancia de la ventana (no recordamos que era algo que se nos olvido hacer). 

Con todo esto en mi agenda, decidí irme a dormir temprano y así despertarme por la mañana renovada para afrontar el día. Bueno, no dormí porque el sudor síntoma de la premenopáusica no me mantuvo dando vuelta de tanta calor internal toda la noche. No estoy segura si estoy al principio o al final de la premenopausia. De cualquier manera no es agradable. 

Cuando la alarma sonó a la hora en que planeaba levantarme, no estaba feliz. Aunque no quería levantarme de la cama, recordé que tenía en la heladera un poco de café negro sobrante de mi cafetería favorita que habia comprado el dia anterior. Resuelta y malhumorada (sí, podemos tener dos sentimientos al mismo tiempo. Lo aprendí en la terapia) me pare de la cama, atendí al perro, le pregunté a mi esposo si había algo que pudiera hacer para ayudarlo antes de que se fuera, a lo que respondió; “no estoy bien.”  Calenté mi taza de café y comencé a caminar a mi cuarto para tener mi tiempo con Dios el cual estaba lista para tener desde que desperté pero aún no había comenzado. Mientras mi esposo salía para llevar al perro y regresar a casa para encontrarse con el Uber programado para llevarlo al aeropuerto, dijo: " Cariño, ¿puedes hacerme un sándwich?". Inmediatamente este pensamiento entró en mi mente, “No tengo tiempo para desvíos esta mañana”, pero luego recordé que le pregunté antes cómo podía ayudarlo. ¡Pensé que él sabría que la oferta expiró después de 5 minutos!

Luché internamente para ir a hacer un sándwich. Le pregunté, "¿qué tipo de sándwich?" dijo, “cualquier tipo.” Ya me sentía abrumada y el día aún no había comenzado. Todo lo que quería hacer era sentarme con Jesús. Una mantequilla de maní y mermelada rápida sonaba como un buen compromiso para la solicitud inconveniente, pero luego recordé que él está tratando de aumentar su ingesta de proteínas y siempre disfruta del sándwich de huevo que hago.No con el mejor corazón hice un sándwich de huevo sabiendo que esto lo alentaría y así fue.. 

Por fin mi tiempo con Dios. Para centrarme tomé una oración de la caja. Esto es lo que decía:

“Padre, gracias por escucharme, se siente tan bien saber que estás aquí a nuestro lado, cuidándonos. Por favor ayúdanos a dar nuestro corazón a la iglesia aquí rápidamente, y ayúdame a recordar constantemente que no puedo poner el reino, a ti, o mis deberes como esposa o madre hasta que encontremos un lugar para vivir permanentemente. Padre debe sobre todo mantener puro mi corazón” Escrito el 28 de julio de 1999 (texto no editado).

En ese momento nuestra familia acababa de mudarse de Connecticut a Chicago. Estábamos todos en un hotel. En oración le pedí a Dios que me ayudara a ser optimista, contenta sin importar lo que sucedía a mi alrededor y que fuera una ayuda para mi esposo.

Es fácil para mí desear la situación perfecta antes de elegir tener el corazón de Jesús. Dios me llama hoy como lo hizo en 1999 a hacer todo como para el Señor. Mi agenda puede cambiar y cuando eso sucede, no puedo usar el hecho de no tener tiempo con Dios como una excusa para ser cruel y egoísta. 

“Todo lo que hagan, háganlo de buena gana, como si estuvieran sirviendo al Señor y no a los hombres. Pues ya saben que, en recompensa, el Señor les dará parte en la herencia. Porque ustedes sirven a Cristo, que es su verdadero Señor.”. Colosenses 3:23-24 DHH. 

Yo debo recordar que yo sirvo a Jesús y debería reflejarse más cuando las cosas no salen como las planeé.

Gracias por leerme y a Dios sea la gloria!

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