Una lección detrás de un momento…
Le pidieron a mi esposo que diera un discurso en la boda de nuestro hijo. En él dijo: “ Como papá me esfuerzo por enseñarte…, pero hay algo en lo que no pienso, 'Déjame enseñarte a ser amable, amoroso…' Solo trato de ser un ejemplo de eso… “ Mi esposo dijo otras cosas que no recuerdo. Una cosa es esta, mi esposo es y sigue siendo un ejemplo de estas cualidades para mí y para nuestros hijos. No es perfecto, pero no es enseñable, una cualidad que todavía tengo que lograr. Si nuestro hijo puede imitarlo de esa manera, ¡será un excelente esposo!
La foto adjunta a este blog es producto del corazón enseñable de mi esposo y su fuerza para no ofenderse por mis "codazos", como él los llama.
Raúl (mi hijo) estaba comprensiblemente muy ansioso. Estaba tratando de recordar todos los consejos dados por diferentes personas: “Respira, no bloquees las rodillas, no pienses en nadie más… “ Al observar la ansiedad que rezumaba de nuestro hijo, le di un codazo a mi esposo, diciéndole que debería llevarlo a un lado y orar con él.
Cuando miré hacia atrás y los vi orando juntos, me sobrecogieron las emociones.
Sigo aprendiendo que en el matrimonio no se trata de quién es la idea, se trata del resultado que surge de escucharnos con humildad. No siempre es fácil, ya que el orgullo a veces se interpone en el camino. Sin embargo, si la mayor parte del tiempo puedo dejar ir el orgullo, serán hermosos en trabajar juntos.
Reflexión
A veces necesitamos ánimos y estimulo espiritual que nos ayuden, pero no podemos verlo todo. No somos Dios, por eso nos necesitamos unos a otros.
“ Preocupémonos los unos por los otros, a fin de estimularnos al amor y a las buenas obras.… “ Hebrews 10:24