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Recordatorio #43

“Gracias Dios por permitirme celebrar 27 años de matrimonio. Gracias por tu palabra y la forma en que ha transformado nuestro matrimonio. Hoy te alabo Padre porque eres misericordioso. Tomas el desorden que hacemos y lo transformas en algo hermoso.” Escrito el 25 de abril de 2019.

El 24 de abril de 2022, mi esposo y yo celebraremos 30 años de matrimonio. No hay manera de mirar nuestro comienzo como pareja y no darse cuenta de que la Palabra de Dios salvó nuestro matrimonio.

Cada año siendo casado es un hito en mi opinión. Sé que hay ciertos hitos que significan algo. Busqué en Google lo que representan 30 años de matrimonio y decía; “El Aniversario de la Perla”.

Para que se forme una perla hay todo un proceso. No escribiré todo lo que descubrí, pero quiero compartir un extracto de un artículo que leí en americanpearl.com.

“El proceso de formación de perlas es bastante místico. Para aquellos que no están profundamente informados sobre el proceso, puede parecerse un poco a la magia de la Madre Tierra. Y, de hecho, lo es. ¿Cómo es que estos pequeños moluscos aparentemente comunes se convierten en esferas exquisitamente brillantes y casi perfectas? Como muchos procesos naturales, el nacimiento de una perla lleva su tiempo. Pero cuando se completa el proceso, el resultado es impresionante. En este artículo, responderemos todas sus preguntas más urgentes sobre cómo se forma una perla”.

Hay dos palabras que me llamaron la atención de ese artículo, místico y mágico. Eso es lo que ha hecho la Palabra de Dios. Me ha dado un matrimonio más allá de lo que podría haber soñado o imaginado. Mistico y Magico.

Imagine dos maletas llenas de todo lo que cada uno de nosotros trajo individualmente a nuestro matrimonio. El contenido dentro de cada maleta varía. Algunos son necesarios para mantener, otros no tanto. Algunos francamente necesitan ser desechados, no deberíamos haberlo empacado en absoluto. Ninguno de nosotros sabe qué empacamos, era sorpresa para el otro y algunas cosas sorpresas para nosotros mismos (después de todo, sabíamos muy poco el uno del otro antes del matrimonio. Larga historia…) Cuando nos sentamos a abrir nuestras maletas juntos, hubo una sensación de desconocimiento que llevó a la emoción y al miedo. Mientras sacabamos las cosas de las maletas, fluían muchas emociones. Hubo sentimientos de aliento, grata sorpresa, ira, vergüenza y más. Cuanto más desempacamos, más sentimientos surgirán de lo que vimos. Los dos sabíamos lo que no queríamos conservar, no sabíamos qué conservar. Algunas de las cosas a las que nos habíamos apegado, pero que ya no necesitábamos era difícil botarlas. Era bastante para asimilar en nuestra nueva vida juntos. Tratamos de manejar lo mejor que pudimos. Necesitábamos ayuda.

“Yo amo al Señor porque él escucha mi voz suplicante. Por cuanto él inclina a mí su oído, lo invocaré toda mi vida.”. Salmo 116:1-2

¡Dios vio nuestra necesidad y nos envió su Palabra! Seguir la Biblia nos enseñó a limpiar las cosas. Dios tomó todo ese desorden y lo organizó. Él nos enseñó a desechar lo que no era útil para ayudarnos a unirnos como esposo y esposa. Ahora llevamos oficialmente 30 años desde que escribí este recordatorio.

¡Ha sido una experiencia mística, mágica y todo porque la Palabra de Dios se convirtió en nuestra guía!

“ Pon toda tu confianza en Dios y no en lo mucho que sabes. Toma en cuenta a Dios en todas tus acciones, y él te ayudará en todo. No te creas muy sabio; obedece a Dios y aléjate del mal; así te mantendrás sano y fuerte. Demuéstrale a Dios que para ti él es lo más importante. Dale de lo que tienes y de todo lo que ganes; así nunca te faltará ni comida ni bebida. Querido jovencito, no rechaces la instrucción de Dios ni te enojes cuando te reprenda. Porque Dios corrige a quienes ama, como corrige un padre a sus hijos. ” Proverbios 3: 5-12 TLA