Regresando a publicar!

"Lo entiendo." Le dije a mi Life Coach. “No quiero aceptar la verdad tal como es, porque si lo hago implica dolor y prefiero no sentirlo”. 

Hace tiempo que no escribo y no sé por dónde empezar… pero quiero hacerlo antes de que termine el año. Me encanta escribir, pero tengo tiempo que no lo he hecho mucho. El duelo es interesante. Me desorienta y lo difícil es que no tengo idea de cuánto durará eso. He experimentado algunas pérdidas recientemente: pérdida de seres queridos, pérdida de relaciones y pérdida de sueños. Es bastante deprimente pero hay algo que debo hacer para seguir adelante, debo aceptar la realidad de esas pérdidas.

Aunque tengo mucho por qué estar agradecida y tantas cosas buenas que han sucedido, de alguna manera son las pérdidas las que siguen regresando a mí. Tal vez pueda ser que a medida que he sentido que la presión de la pérdida se alivia, otra toma su lugar y las heridas no cerradas de la anterior se reabren, dejándome vulnerable y un poco frágil.

A principios de año decidí registrar en un diario los altibajos que experimenté cada mes. Pensé que lo había estado haciendo bien y anoté los momentos más bajos (o circunstancias difíciles), incluso las dolorosas. Pero en noviembre experimenté un bajón por una situación más dolorosa y no quería escribir sobre ello. Entonces, decidí mirar mis entradas anteriores. Me di cuenta de que no había registrado nada de bajas desde mayo, a pesar de que las bajas sucedieron. Simplemente no los escribí. Es como si no quisiera reconocerlos. Ahora entiendo por qué tenía tantas lágrimas, y por qué quizás algo que me entristecía se sentía con más intensidad: no me di permiso para estar triste, para llorar. Luché contra ello. Agradezco el coaching y la terapia, porque en esos espacios pude lidiar con cosas que naturalmente ignoraba. 

Aprendí mucho sobre mí este año: me encanta dar a los demás, me encanta estar alegre y no siempre manejo bien el dolor.

Mientras le hablaba de una situación que me estaba robando la paz, mi hijo me dijo: “Mamá, has vivido poco más de medio siglo; quién sabe cuánto más te queda por recorrer. Deberías gastar tu energía en las cosas que te traen alegría”. Me reí de su comentario pero debo confesar que me sentí un poco retada. Escribir me produce alegría. Saber que lo que comparto anima a otros me alegra, por eso quiero volver a escribir. 

Me gusta escribir las lecciones que voy aprendiendo en medio de las altas y bajas de la vida. 

Empecé a escribir en un diario el año pasado. Mi objetivo era compartir en 2024 algunos devocionales que escribí en 2023, pero no lo logré. Estoy animada de compartir esos y cosas nuevas. Para empezar compartiré la introducción que escribí en el diario que mencioné. 

Introducción escrita en abril de 2023:

“Nuestros cuerpos necesitan alimentos sólidos para prosperar. Espiritualmente considero las “comidas sólidas” como mi tiempo bíblico. Es el momento que me sirve de base para el día. El cuerpo también puede beneficiarse de vitaminas, suplementos como aceite de pescado, vitamina C y multivitaminas. Miro devocionales, libros de autoayuda y otros recursos que me ayudan a crecer como complementos. Estaré bien si no tomo suplementos adicionales, pero cuando lo hago hace la diferencia. Estaré bien si simplemente leo mi Biblia, pero otros recursos me ayudan a comprender mejor las cosas y mejoran mi caminar espiritual”.

Nunca terminé la introducción en la que estaba trabajando. Pero eso está bien. Estoy agradecida y sonrío al pensar en volver a escribir. Ya sea una persona la que lee lo que comparto o cero. Sé que esto me trae alegría y por qué no hacer algo que me brinde alegría y que posiblemente pueda ser un complemento o estímulo para los demás. 

Lo que comparta espero que quien lo lea se anime de alguna manera y esté dispuesto a compartir cómo le anima lo que leyó en los comentarios. Estoy emocionada de darle la bienvenida al 2025 haciendo algo que me encanta. 

"La adversidad tiene el efecto de despertar talentos que en circunstancias prósperas habrían permanecido inactivos". Horacio