Estaba en esta increíble escapada con mi esposo en Saint Thomas, sintiéndome hermosa y disfrutando el momento. Fue pacífico y tranquilo. Los sonidos de las olas tenían una mezcla de fuerza y ​​dulzura al mismo tiempo. Me sentí tan bien que le pedí a mi esposo que me tomara una foto para capturar el momento.

Posé donde pensé que podía verme bien pero sin mojarme. Tomó dos fotografías; para la primera estaba preparada, para la segunda ... no tanto.

A veces nos despertamos, planificamos nuestra agenda para el día y ... Woosh. Pero todo estará bien. Levántese y no se quede allí. No es necesario que permitas que las olas te arrastren al océano de la duda y la desesperación. No hay necesidad de dejar que el enemigo te arroje de un lado a otro cuando Dios tiene el poder de levantarte. Es posible que se haya empapado de las olas inesperadas. Puede sentirse sacudido de un lado a otro. No se desespere. No se convierta en parte de la ola.

Levántate. Si estás hoy aquí viva es porque Dios tiene una agenda para ti, y no es para que las olas te traguen. El agua se secará.

He tenido innumerables momentos en mi vida en los que solo el poder de Dios que vive en mí me permitió no ser tragada por experiencias de vida dolorosas, momentos de soledad o depresión.

Con los años he aprendido a tener una toalla cerca ... porque me mojaré. Amigas/os cerca para cuando me derribe; y lo más importante, me alimento con la Palabra de Dios todos los días para tener la fuerza suficiente para no ser derribada tan fuerte que no pueda levantarme.

“Pero tiene que pedir con fe, sin dudar nada; porque el que duda es como una ola del mar, que el viento lleva de un lado a otro.” Santiago 1:6 DHH

“Ustedes, queridos hijos, son de Dios y han vencido a esos falsos profetas, porque el que está en ustedes es más poderoso que el que está en el mundo.” 1 Juan 4:4 NVI

“Jesús se levantó y ordenó al viento y al mar que se calmaran. Enseguida el viento se calmó, y todo quedó completamente tranquilo.” Marcos 4:39 TLA