Recordatorio #9

“Querido Señor, perdóname por fallar de muchas maneras, perdóname por criticar a mis hermanos y hermanas en Cristo. Por favor, dame sabiduría para corregir sin juzgar”. Fecha desconocida.

Lo que leyó fue un extracto destacado de una oración. Como siempre, estaba preparado para escribir el recordatorio de hoy pero en lugar de leer el extracto, me animé a leer Mateo 7. Lo leí en varias traducciones. Este recordatorio es producto de lo que leí .

Quita las vigas a mis ojos Dios.

Oro para no juzgar o criticar a las personas, saltar sobre sus fallas y faltas a menos, que quiera el mismo trato o que me miden con el mismo estándar y medida que uso.

Oro para recordar que el mismo trato, medida y estándar que uso para juzgar a otros se usará conmigo. Ese espíritu crítico tiene repercusiones no deseadas.

Dios es fácil para mí ver una mancha en la cara de mi vecino, preocuparme por la mota de aserrín en mi ojo y ser completamente ajeno al hecho de que no puedo ver bien porque tengo un tronco en el mio. Perdóname Senor. No tengo derecho a juzgar a los demás cuando pecan o toman una mala decisión. Tengo registros que no puedo ver y tablones en mi propio ojo a los que debo prestar atención.

Haz claro Dios cuando estoy tratando de ayudar a alguien a quitar su tabla sin reconocer que puedo tener una que no puedo ver.

Cuando noto algo y decido hablar, oro para ser amorosa y compasiva.

Oro para no ser hipócrita. Dios escudriñe los ojos de mi corazón, ve si hay tablones en ellos y lléveme a buscar ayuda para quitarlos. Mientras hago eso, lléname de sabiduría, humildad y compasión para ayudar a otros con las vigas en sus ojos. Haciéndolo con delicadeza ya que entiendo lo doloroso que es quitar las tablas o vigas del ojo. Después de todo, soy un ser humano como la persona cuyo tablón estoy tratando de quitar. No soy más santa que nadie. Tengo tablones que no puedo ver.

En el nombre de Jesús, Amén.

“No se conviertan en jueces de los demás, y así Dios no los juzgará a ustedes. Si son muy duros para juzgar a otras personas, Dios será igualmente duro con ustedes. Él los tratará como ustedes traten a los demás.

¿Por qué te fijas en lo malo que hacen otros, y no te das cuenta de las muchas cosas malas que haces tú? Es como si te fijaras que en el ojo del otro hay una basurita, y no te dieras cuenta de que en tu ojo hay una rama. ¿Cómo te atreves a decirle a otro: “Déjame sacarte la basurita que tienes en el ojo”, si en tu ojo tienes una rama? ¡Hipócrita! Primero saca la rama que tienes en tu ojo, y así podrás ver bien para sacar la basurita que está en el ojo del otro.” Mateo 7: 1-5 TLA

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