Pensamiento de hoy. #3
Fui a una conferencia hace un par de fines de semana. Asistí con otras 1.300 mujeres, de las cuales sólo conocía a dos a nivel personal. Después de registrarme, caminé hacia un telón de fondo bellamente decorado para tomar fotografías. Le pregunté a un miembro del personal si podía tomarme una foto. Había varias palabras disponibles para elegir para las imágenes y el objetivo era elegir una palabra que describiera cómo se sentía. Los leí todos y destacó uno, VALIENTE. Sinceramente no quería captar la palabra, pero sabía que era esa la que me hablaba. Termine recogiéndola y tomándome una foto con esa palabra.
Mientras reflexionaba sobre por qué estaba luchando con eso, me di cuenta de que era porque a veces no me siento valiente. Pero incluso si no me siento valiente, sé que lo soy. Todos los días estoy lista para afrontar el día y presentarme a todas las aventuras desconocidas. Elegir la palabra valiente me permitió pasar un fin de semana maravilloso. Sobre todo porque mi lado introvertido gritaba: ¿qué haces aquí?
Dios me recordó que la valentía no se trata de mis acciones, sino de su poder. Su poder, guía y gentileza para ayudarme a presentarme y arrepentirme cuando sea necesario.
“Pero él me dijo: Te basta mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad”. Por tanto, de buen grado me gloriaré más en mis debilidades, para que el poder de Cristo repose sobre mí. Por eso, por amor de Cristo, me deleito en las debilidades, en los insultos, en las penalidades, en las persecuciones, en las dificultades. Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte”. 2 Corintios 12:9-10