Recordatorio # 7

“Alguien me dijo que puede ser posible que podamos enviar una carta mañana a nuestros seres queridos porque vamos a dejar salir a algunos de los hombres que viajaban con nosotros. Así que tal vez puedan entregar las cartas como lo hizo el otro hombre que estuvo con nosotros en el submarino, esta tarde pero es la primera oportunidad que tengo para escribir y quería tomarla por si las puede llevar…” 

Lo que acaban de leer es un extracto de una carta que  saqué de mi caja de oración y que me escribió mi esposo mientras estaba navegando en el submarino que escribió el 11 de diciembre de 2003. 

Fue muy agradable leer y sonreír mientras pensaba en cuánto me ama mi esposo la cual se me olvido que la puse en el cesto de oraciones. 

Mientras leía, una lección valiosa para mí surgió de ello.  

Mi esposo escuchó que a lo mejor había un medio por el cual podía hacerme llegar una carta. No era una garantía, era una posibilidad. Justo antes de irse a la cama, me escribió una pequeña carta. El no quería perder la posible oportunidad de recibir una carta escrita a mano de él. En ese tiempo esas oportunidades no se presentaban con frecuencia cuando se iba por seis meses en un submarino.

A pesar de que estaba cansado (usualmente trabajaban desde muy temprano hasta el anochecer y por lo que me escribió este era el caso ese día. Durante el día mantuvo un punto focal en su mente, escribirme una carta para Olivia y desear que me llegara. Fácilmente el pudo haber dicho, estoy cansado es tarde y como esto no es garantizado me voy a dormir, esperare cuando digan que es garantizado que las cartas lleguen. Pero eso no fue lo que hizo; él escribió y esperó.

“Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve.” Hebreos 11: 1 NVI

¿Cuál es el recordatorio que Dios me dejó al leer esta carta de mi esposo? Se necesita fe para orar, aunque algunas oraciones no serán contestadas en mi vida, necesito seguir orando porque Dios quien hace todas las entregas, sabe cuándo y cómo va hacerme llegar sus promesas.

A Dios sea la gloria!

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