Pensamiento de hoy. #6
“Más feliz que infeliz” Esa fue mi respuesta a una pregunta sobre cómo me siento con respecto a mi matrimonio. Mientras pensaba y me preguntaba por qué respondí eso. El hecho es que me siento 100 por ciento cuidada y amada por mi esposo. Entonces, ¿por qué no diría que soy feliz en mi matrimonio? Me doy cuenta de que eso se debe a que hay algunas cosas que no me hacen feliz en la vida, así que escuché la pregunta y la apliqué a mi sentimiento general.
Mientras trabajo este año en practicar 1 Tesalonicenses 5:16-18, veo que es difícil hacerlo si no puedo separar los distintos aspectos de mi vida.
Estoy feliz con mi matrimonio, estoy feliz con mi relación con mis hijos, estoy feliz con tener amistades significativas, estoy feliz con mi relación con mi mamá... No estoy feliz con los acontecimientos mundiales, no estoy feliz con las relaciones rotas, no estoy feliz con las pérdidas... En general, soy más feliz que infeliz.
A veces necesito recordar que si me consume las cosas que me hacen infeliz, eso distorsiona mi visión de todo lo demás. Cuando eso sucede me siento más infeliz que feliz.
Debo tener cuidado de no permitir que las cosas que me hacen infeliz me roben el gozo de disfrutar aquellas cosas que me traen alegría. Debo ser intencional para mantenerme firme y recordar la bondad de Dios y todas las formas en que Él me mantiene feliz.
“Algunos son como lo sembrado junto al camino, donde se siembra la palabra. Tan pronto como la oyen, viene Satanás y les quita la palabra sembrada en ellos. Otros son como lo sembrado en terreno pedregoso: cuando oyen la palabra, de inmediato la reciben con alegría, pero como no tienen raíz, duran poco tiempo. Cuando surgen problemas o persecución a causa de la palabra, enseguida se apartan de ella. Otros son como lo sembrado entre espinos: oyen la palabra, pero las preocupaciones de esta vida, el engaño de las riquezas y muchos otros malos deseos entran hasta ahogar la palabra, de modo que esta no llega a dar fruto. Pero otros son como lo sembrado en buen terreno: oyen la palabra, la aceptan y producen una cosecha que rinde treinta, sesenta y hasta cien veces más»” Marcos 4:15-20